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Gianluca Magi
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El arte de buscar el tesoro escondido
(que podría no ser precisamente lo que se está buscando o que podría estar en un lugar diferente al que se imagina).

 

«Como quienes sin conocer el lugar van de un lado a otro sin encontrar un tesoro oculto,
así también todas las criaturas, como inmersas en el sueño, aunque van allí día tras día,
confundidas por lo inesencial no encuentran el mundo del brahman»
- Chàndogya Upanisad 8.3.2

 

 

Desde el legendario Gilgamesh hasta nuestros días, el hombre siempre ha buscado un camino para entrar dentro de sí mismo, como en un viaje, a la conquista de su libertad.

Las grandes tradiciones sapienciales han usado las más variadas metáforas para referirse al hombre que quiere encontrarse.

Preocupadas de hacer metabolizable su mensaje al hombre ordinario, esas tradiciones se revistieron de formas entendibles para la época, el lugar y la capacidad de comprensión del discípulo, inventando métodos y estratagemas útiles para la transmisión de la enseñanza sin, con esto, traicionar la naturaleza de sus fundamentos.

Una sencilla metáfora describe al hombre ordinario. El hombre nace riquísimo. Posee un gran tesoro, pero,  por varias circunstancias adversas,  no se percata de eso.

 

Tiene un tesoro inestimable delante de sus ojos, pero no toma conciencia de eso (¡tal vez porque el hombre no cree en los tesoros!). Así lleva una existencia en las angustias económicas.  Y muere en la miseria. Rara ironía de la suerte, si se piensa que el tesoro que podría poner fin a la miseria está más cerca de lo que se cree y que no hace falta buscarlo en tierras lejanas, aunque, así como dicen todas las tradiciones, es necesario emprender un largo y difícil viaje para entenderlo.

El Juego del Héroe es hallar su propio tesoro. Pero los obstáculos  en el camino son muchos. Precisamente esos obstáculos, como unas señales, llevarán al hallazgo del tesoro (la libertad).

Un cuento extraído de mi libro Il dito e la luna (El dedo y la luna) se adentra en su viva esencia  ->Escucha una página

 

«El poder sobre sí mismo es mejor
que mil años de poder sobre los demás»
- Fudail Ibn Ayad

 

Las formas del buscar, esbozos de una cartografía para el viajero.

 

«Practica tus conocimientos
porque conocimientos sin práctica
es como cuerpo sin vida»
- Abu Hanifa

 

El viaje dentro de sí mismo es un peregrinaje lleno de encuentros y aventuras que ojos demasiado acostumbrados no podían ver más.

Quien se dirige a mí, rehusa la psicoterapia clásica, o trata de resolver la cuestión del sentido de la existencia; otros buscan un escape del pantano de la depresión, la ansiedad, la incapacidad para valorar su vida; otros tratan de guiarse entre los preceptos morales adquiridos por la familia, la religión, la escuela y las reglas del mundo que a menudo no concilian entre sí; otros tratan de desarrollar las potencialidades mentales que creen poseer y que, sin embargo,  las circunstancias no han favorecido. Y la lista podría ciertamente seguir.

Los métodos que utilizo son educativos en el sentido etimológico de la palabra, es decir “extraer” la esencia, el potencial latente del ser humano, muchas veces sofocado por el apego mecánico a las convenciones mentales y a los esquemas comportamentales que se han vuelto automáticos.

Concibo mi Trabajo como un moderno sistema de psicopedagogía

 

o de entrenamiento mental, que, al contrario de una educación convencional (con miras unicamente a impartir nociones externas), no quiere transmitir una doctrina o una teoría filosófica que induzca a separarse de los propios convencimientos para abrazar otros más plausibles, sino más bien mostrar que hay otra posibilidad de comprensión.

Esta modalidad de Trabajo que he elaborado con los años, y que me gusta definir Juego del Héroe, combina las grandes doctrinas espirituales del sufismo, el tantrismo, el taoísmo y el budismo con las técnicas psicológicas y filosóficas acumuladas en Occidente en dos milenios y medio de investigación sobre la esencia del ser. Aquí el encuentro entre Oriente y Occidente es posible a la luz de prácticas psicocomplementarias que se remontan a la psicología transpersonal y a la filosofía comparativa.

Así mi presencia en esa situación - una especie de Seelsorge o de kalyànimitta, «el noble amigo» de budistica memoria que ofrece la posibilidad de salida de un camino lleno de obstáculos – sirve para  extraer los recursos inconscientes de la persona.

Un ejemplo metodológico: la terapia de la narración. O sea, una estratagema sufí para facilitar el viaje.

 

«La verdad no ha venido desnuda a este mundo,
sino envuelta en símbolos e imágenes. 
Éste no podrá recibirla de otra manera»
- Evangelio según Felipe

Como mencioné también en una entrevista concedida al Resto del Carlino en diciembre del 1998, uno de los métodos psicopedagógicos que empleo en mi Trabajo es utilizar material metafórico, como parábolas y leyendas. Este tipo de metodología podría denominarse “terapia de la narración”. Utilizo  diferentes cuentos didácticos que sirven como “factor espiritualizante” y capaces de revelar la comprensión de lo que en general parece incomprensible. A través de una comunicación metafórica es posible invitar de mejor forma al alumno a volver la mirada dentro de sí mismo.

He sacado esta modalidad de enseñanza de la tradición sufí, que utiliza este método para preparar la mente del discípulo a la iluminación.
 

Jesús también conocía bien la importancia de este método. De hecho, enseñaba a través de parábolas tan eficaces que sobrevivieron durante dos mil años.

La "terapia de la narración" es una eficaz estratagema que invita indirectamente al alumno a volver la mirada a su interior. Es una “benéfica estafa” que evita las resistencias de la persona al cambio y actúa sobre el componente afectivo de su personalidad. De tal manera, la enseñanza se coloca dentro de una estructura que esconde su significado más profundo y a la vez lo revela. Este abordaje cumple con la función de hablar directamente al corazón del alumno, de manera que trastorna el precedente equilibrio perceptivo-emocional de la relidad.

 

«La verdad no puede llegar a los hombres sino bajo la forma de mentira:
sólo bajo esta forma son capaces de aceptarla, sólo bajo esta forma son capaces de digerirla y asimilarla;
la verdad sin desnaturalizar sería para ellos un alimento indigesto».
Georges I. Gurdjieff

 

A través del uso de la narración (que, como recordaba a menudo Gregory Bateson, representa las expresiones esenciales del pensamiento humano, de la mente humana) se intenta hacer surgir los recursos inconscientes del paciente. Éste es el convencimiento: el inconsciente del individuo tiene los anticuerpos al propio dolor.

 

En el mejor caso, el uso ad hoc de una parábola permitirá al alumno fijar, durante un rato, la situación en que su estado mental se vuelve claro. Además, la parábola pone el acento en la actividad práctica de tal forma que la mente del alumno pueda seguir nuevos caminos y nuevas modalidades de funcionamiento.


«Quien sea conocedor de todo,
pero falle en lo tocante a sí mismo,
falla en todo».

- Jesús (Evangelio de Tomás)

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