Ridendo Dicere Severum.

El hombre es infeliz porque no sabe que es feliz. ¡Eso es todo!
Quien llega a saberlo, llega a ser feliz en ese momento mismo.

Ducunt fata volentem, nolentem trahunt.
(El destino guía suavemente a quien le obedece, y arrastra a quien se le resiste).

Ay de quien se avergüence por no conformarse al  ideal propuesto por la sociedad.

La abstinencia o la generosidad no son virtudes, si te complaces con éstas o si amas sufrir por su causa.

Todo se conoce por su opuesto.

Se puede llevar un camello al agua, pero no se le puede obligar a beber.

Cuando el corazón llora por lo que ha perdido, el espíritu sonríe por lo que ha encontrado.

A lo que te concedes puedes renunciar, lo que no te concedes se volverá irrenunciable.

Si lo piensas bien, el efecto preexiste a su causa. ¡El origen del mundo se halla en el futuro!

Dios vive donde se le deja entrar.

La mente puede volver el infierno un paraíso y el paraíso volverlo un infierno.

Para una ecología de la mente: nada se desecha todo se recicla.

Al perder la esperanza, se encuentra la sabiduría.

Ley del esfuerzo inverso:
si retienes la respiración, la pierdes;
si la dejas libre, la encuentras.

El sabio no se muestra, por eso resplandece.

Como el bambú: cuanto más se alza, más bajo puede encorvarse.

Quien quiere brillar, que se ponga en la sombra.

Si quieres encontrar la luz busca la raíz de la sombra.

El hábito a tardar destruye el hábito a decidir.

El torbellino del frenesí donde no se sabe qué hacer primero, se origina del no querer pensar.

Brillar como un astro sin el temor de ofuscar los planetas.

El mundo como Sala de Espejos: todo refleja tu imagen.

En la mirada limpia de un niño, donde cada detalle es un milagro, el mundo se revela.

Lo que se teme, siempre es lo que no se atreve a confesar que se desea.

Quien luce, oculta.

No existen problemas, por lo menos hasta que no los volvamos tales.

Lo que vuelve preciada la vida es su incertidumbre.

El que reverencia a su propia facción y menosprecia a las demás sólo por apego a la suya, con esa conducta, en realidad inflige la más grave herida a su propio partido.

ocari serio et studiosissime ludere
Bromear en serio y con grandísimo esmero jugar.